El crecimiento de las tecnologías de la información ha generado un gran impacto en nuestra manera de hacer las cosas, como con el uso del Big Data o la analítica de redes sociales. Pero ¿basta con realizar un análisis para mejorar nuestra comunicación?
Un análisis por sí solo no sirve de nada, la analítica en el marketing digital implica un contexto, un objetivo y un momento. No funciona igual una acción en verano que en invierno y eso mismo se ve reflejado en la analítica. Por esa razón, antes de poner en marcha una campaña debemos de tener en cuenta el análisis cuantitativo y cualitativo, que tiende a ser olvidado por la mayoría.
Un claro ejemplo es a la hora de conocer una empresa. En un principio debemos saber a qué se dedica y el estado del sector, luego avanzas una de sus áreas de comunicación, como puede ser su estrategia digital, su presencia en medios o incluso el estado de su página web, comparando estos parámetros con los de la competencia y buscando referencias en los líderes del sector y mercados similares. Una vez completado dicho análisis, gracias no solo a nuestro trabajo interno sino al uso de plataformas especializadas, podríamos comenzar con la planificación estratégica.
De hecho, en ese análisis con plataformas podemos obtener la parte cuantitativa de cualquier estudio, tras una inversión necesaria para reducir tiempos y mejorar la calidad de nuestro análisis.
Estas plataformas solo nos van a aportar datos cuantitativos que por sí solos no tienen valor. Por eso mismo, debemos conocer antes el sector y aprender sobre el entorno de la empresa. De esta forma le damos un enfoque personalizado a cualquier benchmark.
Una vez realizado el estudio y con ese background, podemos comenzar a trabajar en la estrategia y la parte práctica, personalizando cualquier campaña de comunicación, ya sea de marketing, relaciones públicas, redes sociales… ofreciendo un contenido y una estrategia adaptada no solo a la empresa, sino cada uno de los distintos targets que tiene como objetivos.
Existen múltiples plataformas que nos pueden ayudar a obtener esa idea global de mercado. Algunos ejemplos son Emplifi, Meltwater o Sprout, herramientas con un gran reconocimiento en el sector. Gracias a ellas podemos acceder a analítica avanzada de nuestros perfiles sociales, ya sea de Instagram, Twitter y, ahora, TikTok.
Las analíticas no solo se centrarán en la cantidad de “me gusta”, sino en la ubicación de nuestra audiencia, qué tipo de mensajes usan e incluso su sentimiento. A esto se le conoce como social listening, una nueva manera de analizar la imagen de marca y cómo se percibe a esta en el ámbito online. Con datos de alta calidad podemos completar nuestras estrategias, sabiendo en qué áreas se necesitan más refuerzo en comunicación de marca y en qué sitios hay nichos por explotar, entre otros. La analítica avanzada nos abre un abanico de posibilidades estratégicas para nuestra comunicación.